¿Qué es la curación energética?

La sanación energética es una práctica holística que activa los sistemas de energía sutil del cuerpo para eliminar bloqueos. Al romper estos bloqueos energéticos, se estimula la capacidad inherente del cuerpo para curarse a sí mismo.

¿Qué es el reiki?

El Reiki trabaja con el campo biomagnético del cuerpo, afectando positivamente nuestro bienestar mental, emocional y físico. La palabra Reiki proviene de dos palabras japonesas: Rei (Conciencia Universal) y Ki (Energía de Fuerza Vital). El Reiki trabaja con el cuerpo sutil, los chakras y los meridianos, limpiando energéticamente el camino hacia la Fuente Divina. La práctica moderna de esta antigua modalidad de sanación fue desarrollada por Mikao Usui en Japón en 1922. El sanador actúa como un puente entre los cielos y el reino terrenal para traer sabiduría, luz, protección y guía. Esto permite el fortalecimiento del campo áurico, elevando el estado de ánimo, lo que promueve la revitalización general del espíritu.

El Reiki mueve la energía vital a través del cuerpo físico, mental y emocional para ayudar a activar los procesos naturales de curación del cuerpo. Esto ofrece muchos efectos beneficiosos, entre ellos la relajación, la disminución de dolores y molestias, la reducción del estrés, un mejor sueño y un bienestar general. Recibir Reiki es un método de curación simple, natural y no invasivo, que se administra mediante un suave toque manual. A menudo se utiliza para el bienestar personal, la claridad mental y el bienestar espiritual.

Las personas sensibles pueden notar los efectos de forma instantánea, mientras que otras experimentarán la integración de la curación con el tiempo. Algunas pueden experimentar visiones de luz durante la sesión, mientras que otras pueden experimentar algún tipo de liberación emocional.

¿Qué es la curación con cristales?

La curación con cristales es una técnica médica alternativa en la que se utilizan cristales y otras piedras para curar dolencias y protegerse de enfermedades. Los cristales actúan como conductos para la curación, permitiendo que la energía positiva y curativa fluya hacia el cuerpo mientras que la energía negativa, que causa enfermedades, fluye hacia el exterior.